Pedro Vázquez
Llevo tiempo colaborando con Pedro Vázquez Marín. A decir verdad llevo más tiempo del que yo pensaba. Haciendo incursiones en el archivo descubrí que tengo fotos de él antes de conocerlo personalmente de su época en el Teatro Maestranza.
Y luego está lo de la teoría de los Seis Grados de Separación: resulta que Pedro y yo tenemos un amigo en común. La cosa es que nos conocimos personalmente en Il Trovatore, hace ya un tiempo y ése ha sido el punto de inflexión para volver a coincidir como consecuencia de su actividad con la Orquesta Sinfónica del Aljarafe.
Son muchas las fotos que tengo de él durante ensayos. El muchacho tiene el defecto de ser fotogénico cuando se pone delante de la orquesta. Pero no habíamos probado eso de posar ex professo delante de la cámara y con ese propósito quedamos una tarde a comienzos de la semana pasada en el Teatro Riberas del Guadaíra.
La sesión de fotos fue lo que debería venir escrito en los manuales de fotografía. Un rato agradable en el que entre foto y foto se sucedía la conversación entre las tres personas presentes: Pedro, Irene y yo. Hablamos de muchas cosas, pero sobre todo de música: de Dudamel, de Barenboim, de Mozart in the Jungle, de ópera, de Star Wars... hasta se coló la Semana Santa.
Irene es violín en la Orquesta Sinfónica del Aljarafe de la que es titular Pedro, pero también es la encargada de lo Social en la Red. Una comunity manager si preferís el palabro que tanto me desagrada y que meto en el mismo saco que CEO, social media, influencer, gamer... porque estas cosas destrozan tanto la lengua como escribir con K en el móvil. Me desvío.
Irene es algo más que todo esto. Es la chica todo terreno que cuando no toca el violín lo mismo está para un roto que para un descosido. A mí me vino de perlas porque como soy fotógrafo modesto no tengo asistants (¡uy, que mal vamos!). Y ella estuvo las veces que hizo falta para ello, sujetando la softbox (otro palabrito) porque olvidé el accesorio que la unía al pie de flash. Pedro y yo acabamos llamándola Hailey. Los que hayan visto la serie Mozart in the Jungle saben donde está el chiste.
Olvidé decir que teníamos un piano Steinway de cola larga. Y esto lo sabe todo el mundo: todo mejora muchísimo cuando hay un Steinway de por medio. El pianista es más pianista y el fotógrafo es más fotógrafo. Todo es mucho mejor con un Steinway en tu vida. Yo lo metería en cualquier cosa que hiciera.
Seguro que aparecerá más veces por este blog. Amontonadas tengo las fotos de ensayos y próximamente habrá alguna entrada de esa naturaleza. Sólo me queda deciros una cosa: atención a este hombre. Tiene ideas, tiene proyectos y tiene iniciativa.
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