Ayer estuve en el ensayo general de El Barbero de Sevilla , disfrutando de las luces a la vez que de la música. La preocupación de los fotógrafos que acuden a los pases de ensayo siempre es cuanta luz tiene la escenografía. Aunque hoy las cámaras más nuevas usan ISOs estratosféricos abusar de él no conviene nada por diferentes motivos incluido sobre todo el de la aparición de ruido. En mi caso que sigo funcionando con una ya vieja 5D Mark II y otra aún más vieja 5D Mark I, (para estos tiempos digitales lo son) mi tope para sentirme a gusto es 800 ISO. A partir de ahí empiezo a ponerme nervioso si veo que me tengo que hacer demasiadas fotos por encima de eso. Odio el falso grano digital y huyo de él con la misma fuerza que abrazaba el grano químico del blanco y negro. El Barbero de Sevilla es una producción del Teatro Maestranza y eso no garantiza que la luz vaya a ser abundante o escasa según la obra. Pero una cosa si es segura y es que la luz será de calidad, y si no, a las pru