Julio en el País de las Bicicletas
En el mes de octubre me desplacé a Gante en Bélgica para darme uno de esos homenajes de carácter musical a los que tan aficionado soy. Ya hablé de ello por aquí pero sobra decir que estos desplazamientos son aprovechados para hacer turismo y pasar tiempo con los amigos. Eso implica hacer fotos, a veces de forma casual y otras de forma más seria. Esta vez me llevé mi compactilla porque el tiempo previsto anunciaba agua y no quería estar pendiente de un equipo que aunque mínimo no iba a poder usar como debiera. Era mi primera visita a la ciudad y al país, en el que sólo había estado durante unas horas en uno de sus aeropuertos hace ya varios años de camino de Nueva York. ¿Y saben qué?: me quedé con ganas de más. Raro, ¿verdad?. La visita se me hizo corta, insuficiente. A pesar de que el tiempo fue demasiado grisáceo eché de menos la réflex que no me llevé. En otras palabras: tengo que volver. Lo sé, soy un tipo predecible. La cuestión es que cuando desca