Reentrando en la Atmósfera

Ayer, tras tres semanas de perros, salí a darme un paseo. A airearme, a desintoxicarme. Lo más suave en este tiempo ha sido que mi coche decidió abandonar nuestra relación de trece años y medio de viajes, precisamente cuando parecía que iba a durar eternamente. No os voy a aburrir con lo más áspero pero os diré que ha sido motivo para no poder hacer las fotos de un ensayo de zarzuela, para perderme el rodaje de una película en mi propio barrio o no hacer fotos en la marathon de Sevilla que pasaba por delante de mi puerta y en la que tenía hasta familia compitiendo.

Aprovechando que parece que las aguas vuelven a su cauce ayer decidí que en vez de ponerme en modo maruja a reordenar mi casa, lo mejor que podía hacer era salir a dar una vuelta aprovechando el buen tiempo, que tampoco es que el haya acompañado en estas tres semanas precisamente.

Me llevé la cámara porque tenía hambre de fotos y porque tenía que despertarla de este pequeño letargo al que la pobre no debe estar acostumbrada, vaya a ser que se le olvide funcionar. Pocas fotos en un paseo de un par de horas pero en suficientes para echar el rato con ese preambiente de Semana Santa que a mi particularmente me gusta más que la propia semana y que si se mira con ojos ajenos creo que sorprende más con esos pequeños altares que en otras ocasiones he perseguido montados tras la luna de un escaparate . 

Incienso, el olor omnipresente de la ciudad en esta época.

PD: No le perdono a Google que se vaya a deshacer de Google Reader, el servicio que más uso después del correo electrónico. Más le valdría mejorar Blogger y aprender de Wordpress.