Giselle

Buena forma de comenzar el año: Giselle y el Ballet Nacional de Letonia. Siempre echo de menos la presencia de más ballet en la programación de cada temporada. No es que no haya suficientes, supongo que se ajustan a la demanda y los presupuestos. Es que desde el punto de vista fotográfico son tremendamente atractivos y desafiantes y hacen correr la adrenalina mientras miras por el visor.

En el ensayo general había más fotógrafos que de costumbre y estuve tentado de grabar un pequeño vídeo pero no para mostrar imágenes sino para reproducir el clack clack de los obturadores prácticamente al compás de la orquesta cuando todos perseguíamos congelar los cuerpos de los bailarines elevados en el aire.

Esto de los ballets tiene sus cositas. Se hacen más disparos que de costumbre, mucha ráfaga. Y también se tiran más archivos a la papelera de reciclaje que de costumbre. Pero a cambio la dificultad de pillar el momento hace que el disparo certero sea más gratificante. Pura cacería.

Lo de las piruetas está muy bien, pero si confieso la verdad creo que me quedo con la plasticidad de los movimientos femeninos y delicados de las bailarinas. Quizás menos espectaculares pero de una belleza sublime.

 

Tengo preferencia por los duos (pas de deux para los entendidos) y cuando éstos tienen lugar prefiero que el escenario esté limpio de personas o elementos de atrezo. Cuando el escenario se llena con el cuerpo de baile componer se hace complicado para mí.

Esta vez he gastado bastantes disparos en experimentar obturaciones lentas y emborronar el movimiento. Se desperdician disparos pero a veces se obtienen cosas curiosas.

No aburro más con mis paranoias del acto fotográfico, os dejo algunas fotos más y para el que no tenga suficiente, como siempre aquí está el enlace de flickr. Por cierto, se estrenó anoche en el Teatro de La Maestranza y estarán hasta el 12 de enero.