Don Carlo, de Verdi

Ya iba siendo el momento de volver a publicar por aquí fotos sobre música. Ya estaba sintiendo el mono de este tipo de fotos. Por otra parte llevo un par de semanas que no encuentro el momento de poder hacer cosas que tengo en mente por falta de tiempo. Trabajo y lo que no es trabajo. Pero pronto llegarán las vacaciones y la venganza será mía. (Aquí debería ir una carcajada de personaje malo).

Así que para resarcir esta sequía músico-foteril la ópera objeto de esta entrada tiene una duración de cuatro horitas. Porque el bueno de Wagner, lo que era capacidad de síntesis, tenía poca. Pero anda que Verdi se quedó corto con ésta. Así que hubo tiempo para darle al gatillo.

Es más: por fotografiar, lo hice hasta con el telón bajado. La foto de cabecera con la ilustración es precisamente eso, un fragmento del telón. Pero vayamos al grano.

Ésta es una de esas escenografías que engañan al ojo. Aparentemente con bastante luz uno se da cuenta cuando mira por el visor que la luz es escasa y que gran parte de las escenas transcurren en la penumbra. Así que aún usando ópticas luminosas salvo unos cuantos disparos a 400 ISO, la media de las fotos está en los 640-800 ISO llegando en algunos momentos incluso a los 1600 ISO.

Como mi norma siempre es disparar con el ISO más bajo posible (por mucho que las nuevas cámaras aguanten las sensibilidades altas, una ampliación a buen tamaño siempre se resentirá del abuso) aproveché la larga duración de la ópera para arriesgar con disparos a velocidades muy bajas aprovechando posiciones estáticas y vocales largas de los cantantes para que el movimiento no afectase a esa larga exposición. No me entretengo más en estas cuestiones. Vamos con las fotos.

Digo yo que algún día tendré que fotografiar de frente al Maestro Halfter cuando está en el foso 

de la orquesta. Mientras tanto aquí va otra foto desde atrás de sus evoluciones con la batuta.

Como siempre, más fotos en mi cuenta de Flickr.