Festival Internacional de Música de Cine (I de nosecuantos)

La semana pasada acudí a mi cita anual con el Festival de Música de Cine, Ciudad de Úbeda. Es una fecha que está presente todo el año. Es lo que tiene ser aficionado a la música de cine desde pequeño.

Para mí tiene tres alicientes: escuchar y ver en directo a músicos que admiro, poder fotografiarlos de cerca como fotógrafo oficial del festival. Y lo más importante, encontrarme con amigos cuyo nexo de unión fueron las bandas sonoras pero cuya amistad hace ya tiempo que no necesita de este detalle en común.

Todo ello con la certeza de que nuevos amigos se van sumando al grupo. Sin esos encuentros para comer juntos o tras las actividades del día, creo que no llevaría también la tralla que supone estar haciendo fotos todo el santo día, ya que no todo son músicos en concierto o ensayando y existen actos que debo fotografiar y que en circunstancias normales no fotografiaría. Entiéndase un compositor tras un micrófono y una botella de agua mineral, que fotográficamente despierta tanto interés en mí como un entrenador de fútbol en la misma situación. Eso sí, lo que esté contando el compositor o músico me interesa muchísimo más,  pero para eso ya no hace falta llevar una cámara encima. A veces me planteo que debería ir un año en modo público.

Tenía la intención de hacer algo como el año pasado: varias entradas confeccionadas como una sola y publicadas al mismo tiempo. Que fuesen un pequeño resumen de lo que dieron de si visualmente los cuatro días del Festival.

Este año ha sido con diferencia el año más difícil. Espacios imposible para fotografiar. Un concierto con la música de True Blood en un pequeño patio andaluz en el que me fue imposible moverme de una única esquina dado lo abarrotado de público y la estrechez del hueco que dejaba el escenario. Para colmo estaba iluminado prácticamente a contra luz. La luz detrás del escenario era muchísimo más intensa que la frontal.

El concierto y los ensayos gozaron de una orquesta tan grande que a duras penas había espacio entre los músicos. El calor era inmenso y las botellas de agua corrían entre las sillas sin parar. Tuve la precaución de llevarme una toalla del hotel para limpiarme de vez en cuando el sudor de la cara pues llegaba incluso a empañar el visor de la cámara. Al acabar el ensayo me fui al restaurante donde había quedado con los amigos para comer al mediodía. Llevaba una mochila con dos cámaras, objetivos zoom, cinco objetivos, fijos, un disco duro portátil para descargar tarjetas, un iPad y un trípode. Creo que la broma estaba sobre los 15 Kgs. Al llegar al restaurante pedi una cerveza mientras me servían la comida y yo, sin ser especialmente cervecero, la absorbí de una manera sorprendente.

El caso es que ante tanta dificultad para tomar las fotos he disparado más que ningún año intentando asegurar resultados. Y al final he acabado generando más material. Esto, que a priori parece mejor es un marrón. Los que lean esto y practiquen la fotografía estarán conmigo en que lo peor no es hacer fotografías. sino hacer la edición de su propio trabajo. Seleccionar entre tres fotografías prácticamente similares se hace difícil. Es como preguntarle a un padre a cual de sus hijos quiere más. En estos casos lo mejor es la objetividad de alguien que no estuviera implicado en la toma de las imágenes. Pero como va a ser que "yo me lo guiso, yo me lo como" pues en esas estamos, que a estas alturas me falta por revisar el gran concierto de la última noche.

Pero de momento aquí pongo un pequeño resumen de lo que está por venir en varias entradas a lo largo de los próximos días.

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El mayor aliciente personal de este Festival ha sido sin duda Dave Grusin. Han sido tantas las fotos que he hecho de él que merece una entrada para él sólo.

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Randy Edelman, el compositor de bandas sonoras tan conocidas, incluso popularmente, como Dragonheart o El Último Mohicano. Todo un personaje. Tratar con él requiere de ciertas dotes de paciencia. Pero sin duda tiene fotogenia sobre todo dirigiendo a la orquesta. En la siguiente foto, algo más quietecito.

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Lisbeth Scott, además de fotogénica, es guapa. Y si la oyes cantar es imposible que no te quedes prendado de ella. Tuve la ocasión de fotografiarla hace unos años cuando hizo el concierto de La Pasión de Cristo junto al compositor John Debney.
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En el concierto dedicado a la música de la serie True Blood me puso a prueba con esa iluminación trasera que me hizo más bien poca gracia.
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Pues no, no me he equivocado. Ésta es Pasión Vega y esto sigue siendo un concierto de cine. ¿Qué que hace ella aquí? Pues lo explicaré en su entrada. De momento diré que aunque no acababa de ver su intervención, tras escucharla quedó plenamente justificada. Y eso que no sigo su tipo de música.

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Nathan Barr. Autor de la banda sonora de True Blood. Tenía que aprovechar cuando se dirigía al público para tener luz y algo más que una foto de su nuca desde el lugar en el que me encontraba.
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Randy Edelman dirigía ese concierto. La luz a duras penas daba en su cara. El de la sombra no es un vampiro. Es el pianista.
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Este año recuperamos al maravilloso coro Ziryab y cambiamos de orquesta y director titular: La Orquesta Filarmónica de Málaga dirigida por Arturo Díez Boscovich. Menos mal que no dirigió demasiadas piezas. No me interpretéis más. Lo hizo genial. Pero es tan plástico moviéndose que es imposible no disparar fotos a saco. La cámara habría necesitado de refrigerante. Ya veréis cuando llegue su turno.
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Christopher Lennertz. Alguien que es imposible que no te caiga bien. Sobre todo cuando estuvo viendo mis fotos con tanta atención en el iPad. ¡Claro! Así cualquiera.
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No soy una persona que juegue a videoconsolas. La mayoría de las veces me quedo ensimismado con los gráficos y casi siempre con la música que ahora está tan mimada en el mundo de los juegos. Poco podía imaginar que este año conocería al compositor que hizo que dejara el menú del juego Lost Planet en bucle para escuchar una y otra vez su música.
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Y por último, Michael Giacchino. El ganador del Oscar por la música de la película Up. Presidente de honor de este año. Tan presidente que hasta lleva corona. Bromista a tiempo completo.
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Recibiendo un premio y festejando el triunfo de España en el Mundial.
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Mañana más...

Comentarios

  1. Espectacular. Añado, y es un privilegio saberlo porque estaba al lado tuyo cuando se las enseñabas, que a Edelman le entusiamó la foto del concierto de True Blood, la de la sombra del vampiro.
    Una selección fantástica. Desde tus ojos, el festival de música de cine es espectacularmente estético.
    Felicidades por tu trabajo.

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  2. Eso será que me miras con ojos de amigo, de esos que comento al principio. Este festival fomenta más cosas que la música. Buenas risas que nos hemos echado alrededor de un helado en Los Valencianos.

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  3. como dijo Humphrey a Ingrid: "¡Siempre nos quedarán las fotos de Julio!".

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  4. A todo el mundo le entusiasmaron las fotos!! Y como digas lo contrario , no respiro :P

    Por cierto, que la foto del tipo con el sombrerito tiene un significado particular para mí XDDDDDDDDDDD

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  5. ¿qMande????

    Ya lo estás explicando. Aquí no se deja nada a medias. :-DDD

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  6. Que te lo cuente Sergio, que es el "culpable" de que casi diéramos la nota, y nunca mejor dicho, en el recital.

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