Mirar con otros Ojos
No sé si quien lee esto ha realizado alguna vez un taller de fotografía. Quiero decir como pupilo no como instructor. Encontrar un buen taller la primera vez que se asiste, un workshop que diría un anglosajón, es esencial porque de ello depende que repitamos experiencia o que desconfiemos incluso de los que tienen utilidad garantizada. Y créanme que no es demasiado difícil encontrar uno malo ya que ser un buen fotógrafo no implica saber transmitir. He llegado a escuchar comentarios nada buenos de fotógrafos de renombre que imparten estos talleres y que pueden causar bastante desilusión hasta el punto de no querer repetir la experiencia incluso con otros fotógrafos.
En mi caso tuve suerte y el único taller que he hecho hasta la fecha no sólo fue fantástico sino que supuso un revulsivo en mi forma hacer fotografías*. Y es que David Alan Harvey no sólo es un buen fotógrafo. Es una persona de vida intensa que sabe transmitir, incluso con la barrera del idioma, su filosofía de la fotografía que es también de la vida.
Animado por este buen comienzo quise repetir la experiencia y en octubre del año pasado solicité plaza en un taller impartido por la fotógrafa italiana Giorgia Fioro dentro del programa Explorafoto del Festival de Internacional de Fotografía de Castilla y León. Una de las condiciones para la asistencia era preparar un trabajo previo cuyo estudio y crítica formaría parte del programa del taller. Finalmente no pude asistir por razones que no vienen al caso pero si que llegué a realizar ese trabajo cuando pensaba que mi asistencia aún era posible.
La propuesta por parte de Giorgia Fioro era elaborar un tema libre pero con unas limitaciones técnicas.
· Se podía usar cualquier distancia focal pero sólo una.
· Un único punto de vista
· Usar flash o trípode implicaba que todas las fotos debían de usarlo.
· Todas las tomas con luz natural o siempre artificial
· Una misma película, una misma sensibilidad y un mismo diafragma para todas las fotos con una horquilla de +/- dos pasos en la velocidad, o bien al revés si preferíamos dar prioridad a la velocidad.
· Cualquier tipo de cámaras podía ser usada, desde cámaras desechables a la más sofisticada digital.
· Una misma técnica de positivado y sin reencuadres.
Se trataba de repetir todas las condiciones técnicas desde la primera hasta la última foto.
Esto de imponerse limitaciones era completamente nuevo para mí. Hasta ahora las limitaciones venían dadas por mi propio equipo y eran las fotos las que demandaban que usara esta o aquella herramienta.
Aunque tengo un equipo bastante completo para un aficionado la verdad es que desde hace un par de años me he vuelto más minimalista y suelo salir a la calle con un solo cuerpo y dos ópticas fijas: 28 y 85mm si uso película o 20 y 50mm si uso digital (para compensar el factor de ampliación). Y a veces incluso una sola. Así que limitarme a una sola distancia focal no iba a suponer un problema.
Decidí ir a una pista de patinaje acrobático que hay junto al río Guadalquivir en Sevilla. Hacía ya unos años hice alguna foto por allí y aunque siempre pensaba en volver no lo había hecho hasta el momento.
En mi caso tuve suerte y el único taller que he hecho hasta la fecha no sólo fue fantástico sino que supuso un revulsivo en mi forma hacer fotografías*. Y es que David Alan Harvey no sólo es un buen fotógrafo. Es una persona de vida intensa que sabe transmitir, incluso con la barrera del idioma, su filosofía de la fotografía que es también de la vida.
Animado por este buen comienzo quise repetir la experiencia y en octubre del año pasado solicité plaza en un taller impartido por la fotógrafa italiana Giorgia Fioro dentro del programa Explorafoto del Festival de Internacional de Fotografía de Castilla y León. Una de las condiciones para la asistencia era preparar un trabajo previo cuyo estudio y crítica formaría parte del programa del taller. Finalmente no pude asistir por razones que no vienen al caso pero si que llegué a realizar ese trabajo cuando pensaba que mi asistencia aún era posible.
La propuesta por parte de Giorgia Fioro era elaborar un tema libre pero con unas limitaciones técnicas.
· Se podía usar cualquier distancia focal pero sólo una.
· Un único punto de vista
· Usar flash o trípode implicaba que todas las fotos debían de usarlo.
· Todas las tomas con luz natural o siempre artificial
· Una misma película, una misma sensibilidad y un mismo diafragma para todas las fotos con una horquilla de +/- dos pasos en la velocidad, o bien al revés si preferíamos dar prioridad a la velocidad.
· Cualquier tipo de cámaras podía ser usada, desde cámaras desechables a la más sofisticada digital.
· Una misma técnica de positivado y sin reencuadres.
Se trataba de repetir todas las condiciones técnicas desde la primera hasta la última foto.
Esto de imponerse limitaciones era completamente nuevo para mí. Hasta ahora las limitaciones venían dadas por mi propio equipo y eran las fotos las que demandaban que usara esta o aquella herramienta.
Aunque tengo un equipo bastante completo para un aficionado la verdad es que desde hace un par de años me he vuelto más minimalista y suelo salir a la calle con un solo cuerpo y dos ópticas fijas: 28 y 85mm si uso película o 20 y 50mm si uso digital (para compensar el factor de ampliación). Y a veces incluso una sola. Así que limitarme a una sola distancia focal no iba a suponer un problema.
Decidí ir a una pista de patinaje acrobático que hay junto al río Guadalquivir en Sevilla. Hacía ya unos años hice alguna foto por allí y aunque siempre pensaba en volver no lo había hecho hasta el momento.
Una vez allí y estudiada la situación pensé en hacer todas las fotos contrapicadas a no más de 10 cms del suelo que siempre añadiría espectacularidad al asunto. Diafragma f8 y 100 ISO de sensibilidad, y como llevaba digital usar JPG en lugar de RAW para evitar la tentación de corregir la exposición en el ordenador. Un 20 mm f2.0 sería el objetivo escogido que con el factor de ampliación equivaldría a un 35 mm aproximadamente. Ahora ya sólo faltaba hacer las fotos.
Cuando llegué al lugar habría entre 10 y 15 patinadores todos muy jóvenes. No quise ponerme a fotografiar nada más llegar porque no quería espantar la situación ni ponerlos en guardia de que había algo parecido a un fotógrafo suelto por allí. Así que estuve un buen rato observando y admirando las acrobacias. Pasado un rato saqué la cámara y empecé a mirar por el visor de vez en cuando pero todavía sin hacer fotos. Probablemente si me hubiese puesto a hacer fotos nada más llegar me habría convertido en su centro de atención y estarían demasiado pendientes de mí, cuando realmente son ellos mi centro de atención y yo quien está pendiente de ellos.
No obstante en una situación así no faltará quien se acerque a ti para preguntarte para qué son las fotos. En mi caso no tardaron más de 10 minutos después de sacar la cámara. Lo de ser aficionado aquí ayuda pues te concederán menos importancia que si eres profesional y no dejarán de ser ellos mismos, al menos no demasiado. Algo que viene muy bien para captar el ambiente tal cual es. Si piensan que las fotos van a salir publicadas en algún sitió no pararán de actuar y de intentar el más difícil todavía para asegurarse una foto publicada.
Durante este proceso en el que uno anda más tímido que los sujetos objeto de tus fotografías y preocupado de ser aceptado, uno todavía no tiene muy claro si va a obtener algo medianamente interesante o un montón de fotos con destino a la papelera de reciclaje. Pero una vez salvado este proceso de adaptación y empezado a disparar sin la preocupación de resultar molesto o de que estén pendientes de ti, te relajas y empiezas a realizar fotos efectivas.
Como me planteé hacer las fotos contrapicadas casi a ras del suelo las hice sin mirar por el visor excepto alguna que otra hecha en las peanas donde el nivel del suelo estaba evidentemente más alto. Así que para asegurarme un nivel más alto de fotos efectivas disparé a tres fotogramas por segundo.
Estuve algo así como hora y media durante la cual no sólo hice fotos, también charlé brevemente con algunos de ellos que me informaron de que los sábados por la tarde se reunían en mayor cantidad y que acudían los mejores patinadores con piruetas increíbles que sonaban a fotos fantásticas.
La inclusión en la mayoría de las fotos del sol añadió un elemento interesante para las fotos: marcados contraluces y la aparición de halo óptico.
Las fotos las vi desde el primer momento en blanco y negro. De hecho ya iba con esa idea pues cuando hice las fotos en el mismo lugar unos años atrás las vi del mismo modo. Y es que era más una cuestión de formas que de colores aún a pesar de la gran cantidad de graffitis que había por el lugar. De todas formas esto es muy subjetivo y depende de quién, cuando y cómo lo mire.
Al llegar a casa y descargar en el ordenador me ratifiqué en lo del blanco y negro. No obstante quería darle un poco más de unidad y personalidad al trabajo. Las fotos en blanco y negro siempre me han gustado contrastadas, pero en esta ocasión opté por ir un poco más allá y una vez sacado detalle de las luces y las sombras con Photoshop** volví a contrastar logrando un aura alrededor de los cuerpos como si hubiese hecho unas reservas en un positivado a mano.
Como resultado de todo esto conseguí unas fotos que no me parecían mías y sin embargo no estaba descontento con ellas.
Encontré que a pesar de no haber asistido al taller de Giorgia Fioro de alguna manera me había sido útil. Había mirado un tema de una manera diferente a la habitual pero conscientemente, siendo mi forma habitual de fotografiar más intuitiva e impulsiva. ¿Qué no habría aprendido si hubiese podido asistir?.
* Ver galería Contrastes en www.julio-rodriguez.net y comparar con Fe, Tradición y Fiesta. Ambas sobre el mismo tema. Contrastes fue elaborada durante y tras el taller con David Alan Harvey.
** Una forma sencilla de realzar detalles perdidos en las sombras y en las altas luces con Photoshop:
· Duplicar capa
· Superponer capa
· Desaturar capa
· Invertir capa
· Desenfoque Gaussiano, según necesidad (la cantidad de desenfoque determinará el grosor del halo alrededor de los cuerpos). Normalmente se evita bien dando la cantidad justa de desenfoque o bien borrando el halo a posteriori.
Unas fotos magnificas. ¿Solo son esas? ¿las tienes expuestas?
ResponderEliminarCon respecto a lo de no mirar por el visor es increible como a veces dejando al azar el encuadre pueden salir fotos tan buenas. Estoy por revelar mi primer carrete con una lomo action-sampler y ver que resultados da.
Saludos ¡
Jesuli17@hotmail.com
Hola.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Son unas doce fotografías las que seleccioné. Pero hasta que no reorganice mi página principal no puedo colocarlas por falta de espacio. De momento insertaré un par más en el post.
Anímate a experimentar con esa lomo. En su momento experimenté con una Lubitel y se pueden hacer cosas muy interesantes.
Saludos.
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