La Bohème

Este puente ha sido algo agitado. Y mis cámaras han echado humo. Y no precisamente por irme de vacaciones.

Por una parte el sábado tuvo a bien venir al mundo mi segundo sobrino. Y claro, ahí estaba EL TITO para inmortalizar el evento. Y por otro lado el lunes y martes siguientes tenían lugar los ensayos generales de los dos repartos que representarán a partir de esta noche, La Bohème, de Giacomo Puccini.

La primera noche tenía un aliciente en lo musical y en lo fotográfico: Ainhoa Arteta. Era la primera vez que la veía en directo y me apetecía ver si esta mujer es tan fotogénica como me lo ha parecido siempre. Aunque si les digo la verdad, para mí, el personaje de Mimì siempre ha sido moreno.

Pero no sé si sabéis que los cantantes, además de cantar, enferman. Como el resto de los humanos. Y el personaje de Rodolfo que iba a ser representado por Massimo Giordano se encontraba indispuesto. Así que se decidió que mejor ponerse manos a la obra y aprovechar que faltaban tres días para reponerse.

Como fue cosa de última hora no había cantante sustituto así que el director de escena, Richard Gerard, representó el papel de Rodolfo... escénicamente. En otras palabras, no cantaba. Sólo recitaba las frases. Así que imagínense a una Mimì vestida de época con un chaval más joven que ella, ataviado con chupa de cuero, vaqueros, unos manolos y un pendiente en la oreja.

¿Queréis ver las fotos?. Pues va a ser que no. Por ese motivo en las pocas fotos que voy a poner del primer reparto, Ainhoa está sola. Bien porque Rodolfo está fuera de cuadro bien por que no está presente en esa escena, o bien porque lo está pero no se le ve tapado por otro personaje. (Creo que debería haber titulado esta entrada "¿Dónde está Richard?".

En escenas como ésta la luz era escasísima. Menos mal que se estaba quietecita y se podía usar obturaciones bajas.

Pero tranquilos, en el segundo reparto estaban todos sanos y hay muuuuuuchas fotos. Podréis ver a Carmela Remigio y Fernando Portari en momentos de arrumaco y decirse cositas románticas. Así que vamos allá. Como apunte fotográfico decir que en esta historia los protagonistas están a dos velas... literalmente. Vamos, que como están tiesos de dinero no tienen dinero ni para iluminar la buhardilla. Así que la iluminación era terriblemente tenue. Aperturas máximas en los objetivos en todo momento y sensibilidades entre los 500 y 800 ISO la mayor parte del tiempo con algunos momentos de 1250 ISO y alguno de más luz en el que bajé hasta 400.

La Buhardilla antes de que cortaran la luz por impago.

ISO 640, obturación 1/25 y f2,8. Distancia focal 130mm. ¡Bendito estabilizador!

Uno de mis momentos favoritos musicalmente hablando, aunque esta ópera está plagado de ellos.

Otro momento oscurito.

Y si aún no os habéis aburrido aquí tenéis 107 fotos.

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