Tarde de Viernes de Dolores

Es evidente viendo la última entrada, que el viernes estuve fotografiando ambiente pre Domingo de Ramos. Fue casi sin querer. Tenía que ir a la calle Sierpes a cosas mundanas y estuve en un tris de llevarme la compacta. Luego me dije, que probablemente me arrepentiría si no llevaba la réflex y creo que hice bien llevándomela.

Volví a la iglesia donde hice la diapositiva que enseñaba hace un par de entradas. En aquella ocasión llevaba un objetivo de 20mm f2,8 y carrete de diapositivas Fuji de 400 ISO. La prueba de que la cosa estaba en el límite es que la persona que se agacha a besar el pié está emborronada por el movimiento. Con este objetivo resulta fácil aguantar a 1/15 de obturación, pero siempre con el problema de los sujetos que se mueven.

Ahora volvía con armas poderosas. Una cámara que aguanta fuertes ISOs y un objetivo de 35 mm f1,4 tremendamente luminoso. No vale comparar con la antigua foto. La versatilidad de cambiar temperaturas de color así como así no existía antes. Tampoco el foco sobre el Cristo parece el mismo o quizás ahora había más incienso en el aire, lo que se agradece estéticamente (Ridley Scott dixit). Focales diferentes con diferentes aperturas máximas. Pero no deja de ser curioso ver cómo ha evolucionado la cosa en siete años.

2000 ISO, Diafragma f1,4 y obturación 1/40

Otro ángulo.

Otra temperatura de color diferente, más cálida. Más cercana a lo que la cámara enseña en la pantalla

Obsérvese el fuego cruzado de fotógrafos en la foto de arriba. Lo que demuestra que la fotografía de Semana Santa está masificada. Véase el ejemplo de hasta qué punto.