La Mujer del Cigarrillo y el Hombre de la Bolsa

Está a punto de cumplirse un año desde que tengo la Canon EOS 5D Mark II. La primera cámara digital réflex capaz de grabar vídeos a 1080p. Esto, que en principio iba a ser una función más, complementaria de las muchas que incorpora la cámara, no ha sido así. Para algunas personas se ha convertido en LA FUNCIÓN: la posibilidad de rodar vídeos con calidad 1080p y con aspecto cinematográfico gracias al tamaño del sensor y a la posibilidad de intercambiar lentes. Esto no sólo ha hecho las delicias de los aficionados al vídeo y al cortometraje sino que la cámara ha irrumpido con fuerza en el mundo del videoclip, la publicidad y hasta de la TV. La literatura al respecto en internet es muy abundante.

En el plazo de un año no he hecho más de 5 vídeos. Tres de ellos de caracter familiar y los otros dos jugando a director de cine. Mi principal uso ha sido estrictamente fotográfico con algo más de 20.000 fotos hasta el momento Pero debo decir que las pocas veces que he hecho vídeo me lo he pasado muy bien. Son vídeos modestos pero que gracias a las posibilidades de la cámara quedan resultones, sobre todo si se comparan con los resultados de las típicas cámaras de vídeo doméstico que a mi nunca me llamaron la atención, precisamente porque lo que se hacía con ellas tenía look de vídeo no dejando intervenir en cuestiones fotográficas más allá de elegir el "modo contraluz".

El primer vídeo lo hice durante mis vacaciones en Nueva York con la cámara recien estrenada. Sin intención de hacer nada enseñable. Eran clips que tomaba entre fotos. Hoy lo miro más con la nostalgia de un viaje que disfruté más que de otra manera. El temblor de la cámara sujeta en mano era lo que más me fastidiaba.

A finales del año pasado hice otro pequeño vídeo pero esta vez usando trípode. Como era un trípode de fotografiía, las imágenes eran estáticas porque es imposible hacer un triste paneo de forma fluida. Pero fue la primera vez que salí a la calle con la firme intención de hacer un vídeo. Hasta el momento siempre se trataba de algo anecdótico que hacía entre fotos. Es curioso, pero tengo que salir con un chip o con otro en la cabeza. Eso de hacer las dos cosas a la vez, como que no.

Hace un par de semanas he comprado una cabeza de trípode para vídeo, concretamente la Manfrotto 700RC2. Modestita. En realidad es para cámara de vídeo mini, pero suficiente por el momento para mis divertimentos. Me permite hacer movimientos  fluidos no sin poner cierto cuidado y mimo en los giros. Tampoco le iba a pedir más a una cabeza que cuesta alrededor de los 80€ dependiendo de la tienda. Pero por el momento estoy más que satisfecho y cumple con las exigencias de mis primeros pasos. Pero si estás leyendo esto buscando información sobre cabezas de trípode y la función de vídeo es tan importante para ti como para mí la de fotografía te sugiero que subas algo más de nivel con este accesorio, ya que va justita en lo que se refiere a peso. La cámara con el zoom 70-200mm f2.8L pesa 2,3 Kg. El peso máximo que soporta esta cabeza es de 2,5 Kg, Y por otra parte ganarás en precisión de movimiento.

Vamos al grano. El fin de semana pasado volví a mi laboratorio. En otras palabras, a la zona del río Guadalquivir junto al puente de Triana. Mi lugar favorito para pasear y hacer fotos. Durante los tres días del fin de semana anduve haciendo unos  clips durante la tarde-noche.

Esto es lo que salió de esas tres tardes. (Incluidos tres clips recuperados de este invierno)

Normalmente prefiero utilizar Vimeo, pero he descubierto varias visitas al blog desde el iPad y hasta que Vimeo no se ponga las pilas con respecto a estos dispositivos aquí no se pierden visitas. Los que sigan prefiriendo Vimeo pueden verlo aquí.

Bueno, una vez recuperados del trauma del visionado voy a tratar de comentar técnicamente esta historia.

Esto de salir a la calle a grabar vídeos va un poquito a contracorriente de mis preferencias cuando salgo a hacer fotos. Grabar vídeos es de todo menos discreto. Hay que montar un poquito el tenderete. El trípode es bastante grande y llama la atención. Más aún si lo usamos a plena luz del día. Por otra parte encuentro cierta preferencia por las ópticas teles, muy al contrario de lo que prefiero en fotografía. Y todo eso contando con que no uso los veintemil accesorios que llevan los que se toman esto en serio. Si sumamos los precios de todo lo que no es cámara y objetivo en la siguiente foto, es bastante probable que nos dé para comprar un coche.

Tenía ganas de probar profundidades de campo escasas, de ahí la cantidad de fondos desenfocados. La principal dificultad que he encontrado es el cambio de foco durante la grabación. Hacerlo constante y preciso es realmente dificil. El accesorio para hacer seguimiento de foco es excesivamente caro pero encuentro que es una de los primeros accesorios que uno debería comprarse. Hay que pensar que el anillo del foco de los objetivos fotográficos está pensado para hacer foco rápido cuando se hacen fotos y que un pequeño giro implica mucha variación en la distacia enfocada.

Algunos de los cambios de foco de mi vídeo no son todo lo precisos que yo quisiera pero estoy pensando en una nueva forma de enfocar que si me funciona ya la comento por aquí. Un procedimiento un tanto Low Tech, no penséis en nada sofisticado.

Otro incoveniente es la visibilidad de la pantalla LCD de la cámara bajo la luz solar. Te tienes que fiar del histograma y hacer un acto de fe para pensar que estás exponiendo la imagen como tú quieres. Durante las horas de sol eché en falta un filtro de densidad neutra que me permitiera abrir el diafragma a tope sin necesidad de alcanzar velocidades de 1/4000s a 100 ISO como en el caso de la secuencia de las bicicletas sobre el piso de madera.

Ya hay varios fabricantes de visores que solucionan este inconveniente de la visualización al aire libre. El problema es que si sumamos el precio del dispositivo de seguimiento de foco al del visor, resulta que ya tenemos para comprarnos una réflex modestita. Escuece mentalmente invertir tanto dinero en dos artefactos donde el plástico es el mayor componente empleado. Por supuesto ni mencionamos micrófonos externos ni mucho menos monitores. Cuando veo imágenes de Philip Bloom en acción tengo la sospecha de que el componente más barato de todo su equipo es precisamente la cámara.

Resumiendo, el único accesorio dedicado que he empleado ha sido la cabeza del trípode. Por no tener, este vídeo no tiene ni guión ni actores.

Y me preguntaréis...

-¿Pero cómo?, ¿me vas a decir que la chica del cigarrilo no era una actriz?.

Pues no. Que más quisiera yo. Eso fue suerte. Apareció en el visor y me pilló grabando. Si llega a serlo, os aseguro que el hombre de la bolsa de plástico que viene detrás no sale. Por un momento tuve el impulso de empujarlo por la barandilla tras chafarme el plano de contoneo. Pero me han dicho que el ADSL de la carcel es bastante malo, así que me reprimí.

Después de dos tardes grabando aquí y allí volví la tarde del domingo para hacer algunos clips que echaba en falta y que me sirvieran para interconectar los que ya tenía.

Es curioso como fue evolucionando el vídeo a lo largo de tres tardes. Como no utilizo sonido ambiente las imágenes están condicionadas a la música empleada.

La primera noche estuve buceando en jamendo.com buscando algo con licencia Creative Commons. Acabé usando un tema instrumental entre jazz, lounge y new age. La segunda noche, no conforme con lo que tenía, seleccioné otro del mismo estilo también sin demasiado convencimiento.

La tercera noche, cuando decidí empezar a montar algo definitivo con lo mejor de todo lo grabado (unos 6 Gbs de media por tarde) andaba escuchando por casa el CD Foreign Sound de Caetano Veloso. Aún no me había sentado delante del ordenador pero estaba con las imágenes en la cabeza. Entonces sonó el tema Sophisticated Lady y... ¡éste es!. ¡Iba perfecto para la atmósfera del vídeo!. Y tenía el ritmo y la cadencia que no encontraba en los anteriores temas demasiado acelerados para mi gusto. Y si no, haced la prueba: haced click aquí para abrir Spotify y acto seguido reproducid el vídeo quitándole el sonido.

¿Cómo?, ¿que aún no tenéis Spotify?, ¿Pero cómo lo tengo que decir?. Señores, que aún tengo una invitación para este invento... Ya estáis tardando en pedírmela.

Bueno, como veréis, con el tema de Veloso el vídeo está pensado para que finalice con el intermedio orquestal fundiendo a silencio. Así lo veríais si lo enseñara en casa. Peeeeeeero... para ponerlo en Vimeo no se pueden pisar derechos de autor y por muy aficionado que sea uno y no saque un centimo de esto, no se puede usar lo que uno quiera.

Así que al final recurrí a los clásicos y mira por donde esta versión de la Gymnopedie Nº1 de Satie cuadra en minutaje y aunque hay otras versiones mucho mejores al menos el ritmo se amolda más o menos a la candencia de las imágenes.

Y ya por último, ¿con qué he montado esto?. Pues con lo que tengo. Que no es ni más ni menos que iMovie. El software de edicion de vídeo para aficionados, que ojo al dato, viene de serie con los Macs. Este software es intuitivo como pocos. Y las posibilidades son brutales. Mi única pega es que una vez realizado el montaje, la película exportada degrada bastante las imágenes. Los artefactos de compresión son muy visibles y las transiciones entre clips acusan una reducción tonal demasiado grande. Preguntando en foros me han confirmado que así es. Se trata de un software más orientado al vídeo doméstico y a creación de contenidos para internet o para dispositivos tipo iPod o Apple TV. Alguna cosa tiene que tener este soft para crearte la necesidad de comprar otro superior, a un precio también superior, como Final Cut Express o Pro. 

Pero por el momento me voy a quedar así mientras sigo aprendiendo este nuevo lenguaje.

Para el final dejo la relación de objetivos que usé.

• EF 35mm f1,4L
• EF 85mm f1,8
• EF 200mm f2,8L
• EF 70-200mm f2,8L IS

¡Hasta la próxima entrada!