Retorno a Granada
Granada es una ciudad envidiable con una cualidad difícil de encontrar en otros lugares. Es el lugar perfecto para caminar sin mapa, para perderse, para descubrir calle tras calle con rincones llenos de encanto. Tengo una deuda con esta ciudad. A pesar de haberla visitado en numerosas ocasiones tengo la sensación de que no le hago justicia fotográfica. La cercanía a Sevilla juega en contra. A menos de tres horas de autovía siempre se plantean visitas cortas, a veces incluso de ida y vuelta en el día. Me autoengaño diciéndome que puedo volver pronto para continuar donde lo dejé. Craso error. No me voy a quejar de lo corto que fue nuestro fin de semana allí, pero no voy a dejar de anhelar volver para salir a primerísima hora de la mañana, con las primeras luces, cuando los turistas aún están desvalijando el buffet de su hotel y las calles están libres de selfiteros. El viernes por la tarde, en nuestro intento de extraviarnos lo más posible acabamos bajando por la Cuesta del Rey Chico. N