Diapositivas, la Prueba del Algodón

Me ha sorprendido gratamente la cantidad de visitas de la entrada anterior. Mi temor era que en estos tiempos binarios que corren, si no se habla de píxeles y perfiles de color, como que la cosa no interesa. No es gratuito esto que digo. Sólo basta ver la cantidad de blogs que llevan como subtítulos "... blog de fotografía digital". Como si la fotografía hubiese nacido ayer. No tengo nada en contra de ello, sobre todo si el contenido está orientado a aspectos técnicos que contemplen este tipo de cámaras. Pero si el contenido no se limita a lo técnico sino que se extiende a los estético, ese subtítulo sólo pone barreras a una disciplina que se lleva practicando de una u otra forma desde que en 1816 Niépce obtuvo la primera imagen negativa.

Tampoco me creais un renegado de la fotografía digital. Al contrario, soy un converso total y actualmente tengo cuatro cámaras digitales, tres de ellas réflex. Mi trabajo me costó dar el paso, pero lo di convencido. Miro con romanticismo a la fotografía con película química, por la ceremonia y el misterio que conlleva. Pero mi lado práctico tiene una clara preferencia por lo digital.

Lo fácil y económico que es experimentar sin dejarse el dinero en revelados y sin necesidad de esperas, son argumentos muy potentes. Pero sobre todo, para los que practicamos fotografía en espacios escénicos donde no se puede usar el flash, se fotografía con luz artificial y en muchas ocasiones en condiciones lumínicas muy pobres, las nuevas cámaras ofrecen unas calidades a ISOs altos impensables hace muchos años.

Basta ver estos dos ejemplos ambos disparados a 800 ISO. La primera fotografía es película negativa Fuji 800. Y la segunda está realizada con una cámara Canon EOS 5D (no Mark II). Quizá los tamaños que permite el blog no permiten ver las calidades de grano/ruido pero si permite ver las calidades de los tonos con luz artificial. La primera foto, tras pasar por un escaner de transparencias se ha tratado en Photoshop para tratar de mostrar la iluminación real lo más fiel posible. La segunda se ha abierto en Adobe Camera Raw y sólo se ha ajustado ligeramente el balance de blancos. El resto de los parámetros se han aceptado con los  ajustes que tengo asignados por defecto.

Macbeth, con película negativa Fuji 800

Tristan e Isolda, con Canon EOS 5D a 800 ISO

Pero incluso una ya primitiva Canon EOS 10D me dejaba obtener este tipo de resultados. Si bien, esta foto está realizada a 400 ISO no deja de sorprender la calidad de los tonos con luz artificial.

La Incoronazione di Poppea con Canon EOS 10D

Mis pinitos en el mundo de la fotografía, apoyados en gran parte en ese libro que mostré en la entrada anterior y en otro escrito por Michael Langford, se veían muy frustrados. En parte porque uno veía los colores con sus propios ojos, antes de disparar y esperaba obtener esos mismos colores en las copias que recogía de la tienda de fotografía. Y es que una parte del proceso no dependía de ti sino de la mano del operador del minilab. De un mismo negativo se obtenían fotos muy diferentes dependiendo de quien las positivara. Así que lo normal era peregrinar por diferentes tiendas en busca de un revelado satisfactorio. Pronto me di cuenta que la cosa mejoraba sustancialmente cuando encargabas copias grandes. Se les dedicaba más mimo que a las copias 10X15 para recoger en una hora. Acabé adoptando dos tiendas, una para las copias rápidas y otra para las ampliaciones.

Durante un tiempo me aficioné a usar película negativa Kodak Ektar 25 conocida por su grano fino y saturación de color.
(Escaneada de la copia en papel)

Para los que no conocen Sevilla, les diré que no hay cosa más placentera que salir a fotografiar cuando el cielo se aclara después de un día de lluvia. A esas tardes las llamo "tardes Kodachrome". Si además tenemos la suerte de que se formen nubes bajas el espectáculo es total. Excusa perfecta para salir a hacer fotos.

Una tarde Kodachrome aunque la foto está realizada con una Canon Powershot G5

Sin embargo,  en esos comienzos, cuando regresaba de la tienda con las fotos de esas tardes, éstas seguían sin ofrecerme esos resultados tan espectaculares que veían en los libros. Y las tardes Kodachrome se quedaban en algo muy diferente. En esos libros que menciono se hablaba de las diapositivas. Y pensé que ya que éstas se obtenían directamente de la pelíucla sin necesitar un positivado en papel porían ser el método para saber cuan bien o mal realizaba mis fotos. Era mi RAW analógico. Exactamente lo que vió  el objetivo, sin intervención de una segunda persona. Así que hice mis pruebas con un Fujichrome 100 (asombroso, que aún me acuerde de ese carrete y de las fotos que hice). Y los resultados me alegraron tanto que me convertí a la religión de la diapositiva dejando los negativos sólo para fotos familiares. Eso sí, el revelado en papel de diapositiva tenía un "pero": aparte de mucho más caro, pocos laboratorios lo hace bien.

Esta foto pertenece a ese primer carrete de diapositivas Fujichrome 100.

Esto quiere decir que en el archivador donde guardo todo el material fotográfico se apilan una gran cantidad de cajas con diapositivas, todas ellas catalogadas. Acabo de convertir varias fotos recuperadas de Kodak Photo CD, formato que usaba antes de adquirir un escaner de transparencias. Estos CDs me permitieron introducirme al retoque digital cuando las cámaras digitales aún eran ciencia ficción.

Aquí van algunas de esas diapositivas que me decían que mi cámara si era capaz de captar esos colores que contemplaba a simple vista.

Esta foto está tomada desde la Calle Betis, en Triana. Acababa de estrenar un duplicador Tamron 2X que monté en un 80-200mm de los de montura de plástico que suelen venir en los kilts de iniciación. Era el cuarto o quinto Fujichrome 100 que gastaba después del descubrimiento. Todavía no había llegado el tiempo de descubrir la ópticas fijas

Poco después empecé a gastar Agfachrome CT 100. En esta foto hay añadido un filtro de estrella que venía en un kit de filtros Cookin. Estaba en plena fase de probarlo todo. Aunque creo que con ese filtro no hice más de 5 o 6 fotos.

Esta foto también tiene un filtro degradado de color tabaco y un diafragma y medio de subexposición para acentuar el color.  En este caso se trata de Fujichrome Velvia 50, una película de tonos preciosos que me gusta casi tanto como la Kodachrome. Se trata de una foto hecha al atardecer en el Parque Nacional del Teide.

De esa misma tarde al atravesar el cinturón de nubes. Aquella tarde disfruté muchísimo.

El barrio de Triana en otra de esas tardes después de un día de lluvia, también con Fuji Velvia 50

Otra foto con Velvia pero esta vez en Cataluña.

Fuji tenía otras películas diapositivas como la Astia y la Provia que eran de lo mejorcito del mercado y que utilicé en muchas ocasiones, especialmente la segunda.

Siendo Kodachrome mi película favorita no fue precisamente la que más usé. Tenía la particularidad de que sólo podía ser revelada por laboratorios autorizados por Kodak. Esta película se compraba con el revelado ya incluido. En la caja se incluía un sobre que no necesitaba franqueo. Se enviaban por correo o a través de tiendas de fotografía que hacían de punto de recogida y en ciudades como Sevilla había que esperar bastante para su recogida. Esta película se dejo de fabricar el año pasado y forma parte indeleble de la historia de la fotografía.

Esta es una de las primeras fotos que hice con Kodachrome 64.

(Los escaneados no hacen justicia a los tonos de esta película).

En mis primeros viajes a Estados Unidos aproveché que la película era más barata y que las esperas para recibir los carretes revelados eran más cortas. Las dos fotos siguientes son Kodachrome 25.

Personas esperando el atardecer en el Parque Nacional Yosemite en California.

Y éste era el atardecer.

Aunque no siempre usaba Kodachrome dependiendo de las estancias. En su lugar optaba por Kodak Ektachrome Elite. Otra película muy eficaz que usé durante bastante tiempo. De la siguiente foto encargué un Cibachrome que me he encontrado hace poco pero que no fue realizado con demasiada fortuna. Esto es un escaneado de la diapositiva procedente de un Kodak PhotoCD.

Atardecer en Donner Lake cerca de Truckee en California.

En fin, basta ya de batallitas por hoy. En la próxima entrada volveremos con los pixeles. Espero no haber aburrido.