Madrid en 35 mm
Fin de semana en Madrid. Objetivo: pasarselo bien un par de días con los amigos, bien paseando, bien alrededor de un buen plato o bien yendo al teatro. (Recomiendo ir a ver Spamalot, especialmente si uno es afín al humor marca Monty Python adaptado por El Tricicle).
El fin de semana me sirvió además para pasar por una tienda de fotografía donde había reservado previamente mi nueva arma secreta: el EF 35mm f1.4 L. Un objetivo al que hacía tiempo que le tenía muchas ganas, especialmente desde que me pasé a las cámaras de formato completo.
35mm es una distancia focal muy agradecida. Es el menos angular de los angulares. Así que te permite abarcar un buen espacio sin necesidad de alejarte y a la vez no deformar los rostros de las personas que no se encuentran en el centro del encuadre. Es el objetivo ideal para fotografiar de cerca. Para ser una óptica fija es bastante voluminoso (sobre todo si se le compara con el 35mm f2) pero no es ni de lejos tan intrusivo como podría ser el 24-70mm f2.8 L que encañona literalmente cuando fotografías de cerca. No tiene precio fotografiar con un angular sin renunciar a los fondos desenfocados. Por si fuera poco el principal atractivo de este objetivo aparte de su luminosidad es su bokeh.
Cuando compré mi primera réflex digital, la EOS 10D, el 20mm se convirtió en mi objetivo de cabecera. El factor de ampliación 1.6X lo convertía en un 32mm. Eran muchas las veces que salía a la calle únicamente con ese objetivo.
35mm es el angular máximo de la Powershot G5, mi compacta desde hace muuuucho tiempo, y que sigo usando hoy en día, cuando increiblemente la fiebre de los megapíxeles aún no ha descendido a pesar de que el usuario medio de compactas raras veces encarga copias más allá del 10X15. El 80% de mis fotos con esa cámara usa la distancia focal de 35mm, me la podrían haber vendido sin zoom perfectamente. 35mm es la focal fija de la Olympus mju II que era la compacta que usaba en la era pre digital.
En otras palabras: 35mm es mi focal.
Así que el viernes llegué a Madrid a las diez de la mañana y a las diez y media salía de la tienda con el objetivo, alguna que otra chuchería y con la tarjeta de crédito recalentada.
Bien, antes de continuar quiero expresar mi agradececimiento a los controladores aereos y a su huelga encubierta que hicieron posible la realización del siguiente reportaje ya que el retraso del avíon procedente de Valencia me proporcionó un tiempo extra para probar el objetivo en solitario antes de la reunión con los amigos. Sin rencores Paco :-D
En el equipaje sólo metí el cuerpo de la cámara y una batería. Para obligarme a hacer las fotos sólo con el 35 sí o sí. Quería comprobar el grado de acomodamiento que tenía a los zooms pues mis dos compras más recientes son objetivos de este tipo y hay que reconocer que te retrasan más la limpieza del sensor por el menor número de cambios de óptica.
Visito Madrid con relativa frecuencia por trabajo. Y ya se me había olvidado como era la Puerta del Sol sin obras así que fue uno de los primeros sitios que fui a ver después de dejar el equipaje en el hotel. Volvieron a cambiar el Oso y el Madroño y la plaza estaba tomada literalmente por los vendedores de Lotería de Navidad.
Pero lo que realmente me gustó fue el ratito largo que estuve en el Mercado de San Miguel. Un antiguo mercado reconvertido en lugar de tapas en plan gourmet. Justo lo que necesitaba para meterme de lleno en el tipo de fotografía al que quiero destinar este objetivo: la fotografía de cerca. Debo decir que supone un gran esfuerzo realizar fotografías en estas condiciones. Como buen sevillano me gusta practicar el noble arte del tapeo y fue dificil contener la salivación mientras miraba por el visor.
Os dejo con una selección de fotos.
Y algunas fotos ocasionales por los diversos rincones de Madrid por los que pasé pero sin detenerme como en el mercado.
Una paradita en los tenderetes de adornos navideños de La Puerta del Sol.
En definitiva un buen fin de semana en el que tuve momentos de disfrutar como un niño dándole al disparador pero sobre todo de buenos momentos con los amigos.
La 7192 es la obra maestra de las fotos. Creo que en Úbeda te voy a sentar en una silla para que me cuentes unas cuantas cosas.
ResponderEliminarPor cierto: ¿le pides permiso a la gente? o simplemente levantas la ceja en plan "¿puedo?".
Me gusta que te llame la antención esa foto.
ResponderEliminarIba buscando otra cosa en esa calle y me llamo la atención el recorte de la sombra sobre la fachada y como todo te llevaba la vista hacia la iglesia del fondo.
La pregunta del permiso siempre se la he querido hacer a los fotógrafos a los que admiro.
Hay una mezcla de todo. A veces pido permiso con la mirada y a veces verbalmente. Este verano lo hacía de la segunda manera en EE.UU. Lo creo más idóneo cuando uno no conoce la cultura más allá del cine, las noticias y las vacaciones. Aunque he estado varias veces en USA pero es un país tan grande y con tantas diferencias de una costa a otra que lo que aprendes en un sitio no es aplicable a otro.
Otras veces "me anuncio" mostrándome con intenciones de fotografiar (sacando la cámara de la bolsa preparándola... aunque ya esté lista). Si no me dicen nada ya le doy al gatillo.
Lo de Úbeda me parece genial, pero que sea con unas tapitas por medio.
Magistrales todas las fotos del mercado Julio, y las casuales de tus paseos, también muy buenas casi todas. De esas me gusta particularmente la de las sombras alargadas de los viandantes, sigues teniendo el ojo en forma.
ResponderEliminarUna pasada el objetivo, tanto la nitidez, como los colores, como la belleza del bokeh. Pero decir que un objetivo hace buenas fotos es como decir que una guitarra toca bonitas melodías, la clave más importante es que tú estabas detrás.
Un abrazo
Dani
(bigdani - http://web.me.com/danimolowny)
Hola Daniel.
ResponderEliminarNo sé cómo pero no me ha llegado notificación de tu mensaje. Gracias por tus palabras. La verdad es que cuando las cosas pasan por delante es difícil no apretar el botón. Así que no todo es mérito del que está detrás. Lo de delante también cuenta :-D